¿Eres mayor de 18 años?

Para garantizar que nuestro vino se disfruta de forma responsable, debemos confirmar que eres mayor de edad para comprar y consumir alcohol en tu país de residencia. De no existir una legislación al respecto sobre este tema, debes ser mayor de 18 años.

El calendario invisible del viñedo y el arte de esperar

En la viña, cada estación tiene su tarea. Y el verdadero secreto del vino está en saber leer los tiempos.

Cuando pensamos en él, solemos imaginar el momento de la vendimia: racimos brillantes, tijeras en mano y el sonido de las cajas llenándose.

Pero la realidad es que el corazón del vino late mucho antes, y mucho después, de ese instante. Cada botella es el resultado de esta cadencia oculta que sostiene la vida entre cepas, a lo largo de todo el año.

Antes de cortar la primera uva: la cuenta atrás silenciosa

En etapas previas a que comience la vendimia, el viñedo se convierte en una coreografía minuciosamente planificada. Los equipos revisan maquinaria, ajustan tiempos y preparan la bodega para recibir los primeros racimos.

La preparación previa de la maquinaria y la coordinación del equipo son
fundamentales para que la vendimia se lleve a cabo en condiciones óptimas.

Cada detalle importa: desde el estado de las cajas hasta el momento exacto en que se cortará cada variedad, según su punto óptimo de maduración.

Los técnicos analizan datos, el cielo se observa como si fuera un reloj y cada decisión, desde el día de inicio hasta la ruta de transporte, se toma con precisión milimétrica.

Durante la vendimia: días que saben a vendaval y esperanza

Cuando llega el momento, el trabajo se multiplica. La recogida es rápida, pero también delicada. Las uvas deben llegar a la bodega frescas, sin perder su esencia, y el ritmo es frenético.

Mientras los equipos cortan en el campo, en la bodega el bullicio es otro: prensas en marcha, depósitos que se llenan y aromas que anuncian una nueva añada.

Es el instante donde tradición y tecnología se dan la mano, y donde cada persona, del viticultor al enólogo, pone su parte para capturar lo mejor del viñedo en cada racimo.

Todos los integrantes de la vendimia
contribuyen al buen hacer de nuestros vinos.

Después de la cosecha: el trabajo que no se ve, pero se siente

Cuando las últimas cajas se cierran, el silencio vuelve a los viñedos, pero el trabajo continúa puertas adentro.

En la bodega comienza una nueva etapa: fermentaciones, trasiegos, análisis, catas técnicas, etc., cada vino empieza su propio viaje.

A la vez, los campos se preparan para el descanso. Se podan las ramas viejas, se airea la tierra y se empieza a pensar en la próxima cosecha. El ciclo nunca se detiene; solo cambia de ritmo.

El seguimiento y análisis de cada vino durante su fermentación,
es fundamental para obtener la máxima calidad.

Mientras el vino fermenta, las podas, limpias y cuidados del suelo,
permiten mantener la calidad en las próximas cosechas.

El vino como reflejo de un año entero

Por eso, cuando alzamos una copa, no solo brindamos por todo un año de cuidado, precisión y paciencia.

Este calendario invisible del viñedo no se mide en meses, sino en gestos: en la mano que poda, en el ojo que observa, en la decisión que se toma a tiempo.

Cada vino es una historia escrita día a día, en silencio, bajo el sol y la lluvia, hasta que por fin llega a nosotros, y el ciclo vuelve a empezar.

Porque el vino no nace en la vendimia. Nace mucho antes.